domingo, 14 de junio de 2009

DIARIO DE CRECIMIENTO ECOLÓGICO EMOCIONAL - DÍA 7

El Reconocimiento de nuestra RESILIENCIA


“No son los Eventos que suceden los que perturban, sino su Interpretación”

Hay que trabajar más en nuestro propio Desarrollo Emocional y hacerlo sostenible, y debemos adaptarnos al cambio evolutivo para lograr que las actitudes positivas nos favorezcan.

Casi todo lo que buscamos en la vida está asociado con sentir EMOCIONES.
No existe problema o solución, éxito o fracaso, acción u omisión, sin presencia e influencia de las emociones.
La honestidad emocional, la energía emocional, el feedback emocional y la intuición práctica, son algunas de las nociones que contribuyen a ello.

Según Daniel Goleman, el Reconocimiento es uno de los componentes de la Inteligencia Emocional.

Reconocimiento de emociones ajenas (o empatía)

Las relaciones sociales, se basan muchas veces en saber interpretar las señales que los demás emiten de forma inconsciente y que a menudo, son no verbales.

El reconocer las emociones ajenas, aquello que los demás sienten y que se puede percibir por la expresión de la cara, por un gesto, por una mala contestación, nos puede ayudar a establecer lazos más reales y duraderos con las personas de nuestro entorno. No en vano, el reconocer las emociones ajenas, es el primer paso para entenderlas e identificarnos con ellas.
Cuando Reconocemos este hecho inobjetable, iniciamos el sendero hacia el direccionamiento de las emociones para que no solo se paseen libres por el mundo.

RESILIENCIA
DESPIERTA TU CAPACIDAD INNATA PARA CRECER ANTE LA ADVERSIDAD

El término Resiliencia proviene del vocablo latino "resilio", que significa volver atrás, rebotar, es utilizado en la física para referirse a aquellos objetos que tienen la capacidad, después de recibir un golpe, de volver a su forma anterior, desde allí es introducido a la psicología por Michael Rutter en los años 70.

Resiliencia, en pocas palabras, es la capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido e incluso transformado.

Sobre este asunto, recuerdo un libro muy interesante que leí hace unos años y que, por supuesto, recomiendo: “Desde la adversidad: Liderazgo, cuestión de carácter”, de Santiago Álvarez de Mon (editorial Financial Times- Prentice Hall), donde el autor relata las experiencias, en algunos casos traumáticas, de personas que han sufrido a lo largo de su vida algún infortunio.

El libro cuenta la historia de superación y de cómo han sabido sacar partido a la adversidad personajes como Nelson Mandela, Lance Armstrong, Andrea Bocelli, Vaclav Havel, Andrew Grove, Josep Carreras, Helen Keller o Christopher Reeve.

Todas sus páginas están impregnadas de optimismo, ejemplaridad y espíritu de superación. En muchas ocasiones suelo comentar que una parte de la sociedad debería aprender de esa parte del mundo de la discapacidad y de sus familias (digo una parte, porque no todos lo consiguen) que han sabido enfrentar la adversidad con entereza e inteligencia, asumiendo lo inevitable con sabiduría y adaptándose a una dura nueva realidad con optimismo y mirando el futuro de frente.

Sí, se puede vivir dignamente después de sufrir los duros embates que te da la vida en ocasiones. Y lo digo con conocimiento de causa ya que soy un fiel reflejo de ser Resiliente, pues sin saber de ello, he afrontado duras realidades, con entereza y adaptándome a la realidad que me ha tocado vivir.

Sólo tenemos que abrir nuestra mente y dejar de pensar que de ese mundo tan desconocido, sólo pueden salir cosas negativas. Nada más lejos de la realidad.

Te comento que TIEMPOS DE RESILIENCIA del cual soy autora y es mi primer LIBRO, el cual está por editarse en breve tiempo, por editorial Lasra (se publicará en Argentina y España este año 2009) escribo todo un capítulo, sobre este apasionante tema, ya que a raíz de un accidente que sufrí estando en Buenos Aires, cuando estaba finalizando la carrera de Grafóloga Pública en el 2007, me encontré con Lucrecia Ibáñez, profesora en grafología del Instituto Binet de Buenos Aires y un maravilloso Ser humano que me infundió confianza para rendir las últimas materias de la carrera y me identificó como una persona Resiliente.

Me dejó pensando en esas palabras, ya que años atrás, una medico me identificaba con la palabra sobreviviente. Por ello durante estos últimos años me he dedicado a la investigación de las ACTITUDES, las cuales son las que nos movilizan a mejorar o a estancarnos.

La RESILIENCIA, es una capacidad innata que todos poseemos, que hace posible que nos recuperemos, sigamos adelante, y hasta en muchos casos salgamos fortalecidos, luego de vivir una situación difícil o una crisis de la índole que sea, (muertes, separaciones, enfermedades, sin trabajo, etc.)

La Resiliencia se basa en el reconocimiento, desarrollo y optimización que hagamos de este talento, aceptándolo como un proceso que forma parte del entrenamiento de la vida y de las elecciones que hacemos en ella. Entender que más importante que aquello que nos ocurre, es el hecho de nuestra elección de qué hacer con ello.


¿En qué nos puede ayudar la Resiliencia?

El gran desafío del presente es desaprender las viejas estructuras, soltar amarras y desarrollar habilidades que se ajusten a los desafíos que exigen los incesantes cambios actuales, la mayoría de ellos generados por el entorno.

Un entorno que ciertamente no se toma el trabajo de consultarnos ni pedirnos opinión sobre las modificaciones a los que nos expone.

El reto entonces es el de asumir nuestro propio rol de líderes, para gestionar los cambios de tal forma, que nos permita a partir de nosotros mismos adelantarnos a las circunstancias esto nos otorgará mayor eficiencia, y sobre todo, ahorrarnos una alta cuota de dolor y ansiedad...

Para fortalecer esa Resiliencia, tenemos que cultivar algunas características que construirán los pilares de nuestra resiliencia, la personalidad del superviviente.

La esperanza: de que haya cambios positivos sobre hechos determinados.

El optimismo: cultivemos la Actitud Mental Positiva, que no implica de manera alguna el negar las dificultades. El vaso siempre medio lleno.

La actitud proactiva: orientada a la búsqueda de soluciones.

La creatividad: darle rienda suelta a la fantasía y la imaginación.

La autoestima: reforzarla nos permite elevar la opinión que tenemos de nosotros mismo y nos protege de las desvalorizaciones provenientes del entorno.

La curiosidad: que invita y promueve a no dejar nunca de hacernos preguntas y buscar información que nos otorgará ventaja para responder a los desafíos.

La revisión de las creencias limitantes: cuestionarnos qué tipo de creencias dirigen nuestras vidas. Utilizar siempre el lenguaje positivo, afirmativo y en tiempo presente. Dejemos de usar tantos verbos condicionales (sentiría, haría, comencemos a decir: SIENTO, HAGO.

Recuerda que tu mente acepta rápidamente una orden dada, si indicas una acción con verbos en tiempo presente.

El uso de todos los recursos que nos brinda nuestro cerebro: utilizaremos de forma armónica ambos hemisferios cerebrales. Comienza a trabajar en “amplificador”. Para ello hay unos ejercicios de BIOFUSIÓN.

La intuición: confiar en ella, seguramente nos deparará gratificantes sorpresas.

Permitirnos fluir: nos habilita a entrar en sincronía con la energía universal.

Concedernos la oportunidad de equivocarnos: las equivocaciones son las grandes maestras en los procesos de consciencia. No confundamos un mal resultado con una identidad fracasada.

La paciencia: el reconocimiento de que todo proceso tiene un “tiempo” y lo mejor que podemos hacer es vivirlo con consciencia, tolerancia y la aceptación de que no todo puede cambiarse y que la única opción saludable, es adaptarnos a las nuevas circunstancias.

La humildad: que conlleva el saber reconocer que muchas veces necesitamos ayuda e ir en su búsqueda.

Salir del papel de víctima: luego de darle su necesario espacio y tiempo a la tristeza, el dolor, la rabia, no permitir que estas emociones nos dominen y controlen en el tiempo.

Cultivar la gratitud: y hacerlo con amor en todas las circunstancias.

Alinearnos con los cambios: implica flexibilidad y adaptación continua.

Fomentar relaciones auténticas: Nadie es una isla. A través de la construcción de redes sociales basadas en el respeto y la valoración positiva de todos sus integrantes; rodeándonos de personas con las que podamos interactuar en un plano de reciprocidad, confianza y afecto incondicional. La resiliencia es también una urdimbre que se teje laboriosamente en la relación con el otro.

Accionar holístico: sabernos y reconocernos como seres integrales, con la necesidad de cuidar de nuestra vida espiritual al tiempo que no descuidamos el soporte físico y la calidad de nuestros pensamientos.

Reír, bailar, cantar y abrazar: combinados de múltiples maneras ya que son los mejores regalos que podemos compartir con la Vida, a través de nuestras amistades, nuestra familia, nuestro prójimo.

Por lo general, las emociones aparecen y se manifiestan sin permiso alguno, producto de la reacción ante un entorno, a veces amable y a veces hostil, sudamos o nos llenamos de energía de una manera natural y espontánea, producto de la situación y de los recuerdos que ella nos trae.

Su objetivo es alertar nuestra mente sobre las bondades o peligros de cada momento de nuestra vida. Si no somos conscientes de ello, la información se grabará sin pena ni gloria, de manera similar a cuando estamos caminando por la calle y alguien nos grita "cuidado con el hueco", si no somos conscientes de ello, la información no la podremos utilizar para nuestro provecho.

La conciencia también es muy útil para disminuir o aumentar el poder de las emociones.

Cuando se siente una emoción negativa como el miedo, y nuestra reacción es hacernos los locos y tratar de ocultarla, el miedo se incrementa y buscará liberarse por donde pueda, ya que

“la mayor represión trae como consecuencia la mayor rebeldía”

Si en vez de ello, aceptamos el miedo y bendecimos su llegada, disminuimos su intensidad y nos predisponemos para tomar uno de dos caminos, o utilizamos el miedo para convertirlo en valor y fuerza, o lo dejamos ir luego de una revalorización de la situación.

La clave de la autoconciencia está en saber sintonizar con la abundante información, nuestras Sensaciones, Sentimientos, Valoraciones, Intenciones y Acciones, para que no luchen entre sí y se apoyen positivamente.

Espacio Individual de Reflexión

¿Qué aplica para mi vida?

…………………………………

¿Qué puedo Mejorar?

…………………………………
¿Qué información destaco?

…………………………………
¿Por donde voy a empezar?

……………………………………
¿En qué aspectos voy a trabajar?

………………………………….


Cuando nos sentimos deprimidos, abatidos y desilusionados, perdemos las ganas de vivir y nuestra capacidad de lucha se reduce al mínimo.

Solo deseamos, literalmente "echarnos", cerrar los ojos y tal vez no volver a despertar. Por el contrario, cuando nos sentimos alegres, optimistas e ilusionados, nuestra sangre y fuerzas se revitalizan, deseando saltar y correr por todas partes para expresar y compartir nuestra felicidad. Por ello, se dice que "La felicidad le sale hasta por los poros"

Todos los Seres Humanos necesitamos para vivir, de una Ilusión, del Afecto de los demás, del Deseo y ganas para hacer las cosas.

Todas estas cosas residen en nosotros mismos, pero pueden verse afectadas por factores externos, como un rechazo, una muerte o un fracaso. No importa que tan jóvenes seamos, una desilusión puede postrarnos y paralizar nuestro cuerpo.

De la misma forma, un cuerpo viejo puede cargar sus baterías ante la llegada de un nuevo amor o una nueva ilusión.

¿Cuán poderoso es el estado de ánimo?

Mucho, sin lugar a duda.

Si se ha de hablar de la Eterna Juventud, es indispensable hablar de los estados emocionales y su fuente inagotable de energía.

¿Sabes que quieres alcanzar y lograr?

La primera premisa es "Saber el qué", qué se desea, qué se quiere alcanzar, qué objetivo se fija, qué horizonte se mira, qué camino se sigue, qué me hace feliz, qué me satisface, qué me ilusiona, qué es prioritario para mí.

La segunda premisa es "Querer hacerlo". Se supone que si de manera individual y libre he escogido el qué hacer, esto debe ser suficiente razón para que quiera actuar y lograr lo que me he propuesto.

Desdichadamente o afortunadamente, el entorno nos condiciona con innumerables distractores, que al buen estilo de la "manzana prohibida", nos seducen y atiborran con información, haciéndonos perder el curso y las ganas de continuar nuestro itinerario, inicialmente decidido.

Una pequeña piedra en el camino puede disminuir nuestro ímpetu inicial, algún problema en nuestras relaciones personales puede dispersar los esfuerzos y energías, la acumulación de prioridades y urgencias pueden distraer y retardar los avances.

Por ello, no es suficiente para sentirse bien, saber el qué hacer, también hay que querer hacerlo, lo cual nos exige una validación y refuerzo diario y permanente.

¿Cómo?

Con un poco de Confianza, otro poco de Ejercicio mental y físico, algo de Optimismo, Recursividad y Apoyo, Persistencia, Flexibilidad y mucho uso y manejo de los Estados Emocionales.

La Confianza es la suma, de Amor propio y Fuerza Interior, con la acumulación de Experiencias Positivas y el Filtro del Feedback Externo.

No siempre lo que nos dicen los demás es benéfico para nuestro desarrollo y hay que dejarlo pasar, a través de una coladera con orificios bien grandes.

Otras veces, se debe filtrar la información recibida por un cedazo más fino, en donde se queden las piedras grandes y pasen las más finas y benéficas. En otras oportunidades, debemos simbronarnos con las críticas constructivas, corrigiendo el curso o nuestra visión de los hechos o nuestro propio interior.

La mejor manera de hacerlo es por medio de la aceptación, que no implica resignación, pero sí realismo y positivismo.

De nada sirve amargarnos la vida por los hechos pasados, o preocuparnos en demasía por lo que vendrá. En cambio, sí podemos hacer mucho por el presente.

Periódicamente debemos realizar nuestra limpieza mental, para “quitar con jabón”, las manchas que nos han dejado las decepciones y fracasos, “echarle limón” a aquellas heridas que hacen parte de nuestro crecimiento y reubicar a nuestro acomodo los pensamientos y sentimientos ahí presentes.

El ejercicio es fundamental para apoyar este cometido, tanto el físico como mental.

Está probado que el ejercicio físico nos libera y moviliza la energía acumulada.

Igualmente, ya no es un secreto que la meditación fortalece y mejora nuestros estados de ánimo, la inteligencia y percepción.

Disfrutemos del maravilloso hábito del ejercicio físico y mental, para mantenernos en forma y aumentar nuestro crecimiento.

Se nos dice frecuentemente que todas las cosas tienen varias perspectivas, algunas con problemas y otras tantas llenas de oportunidades.

Las positivas hay que mirarlas con cautela para que no nos durmamos en los laureles, al estilo de la liebre y la tortuga.

Las negativas nos brindan valiosa información para cambiar de rumbo y encontrar nuevos caminos más prósperos y restantes.

El Optimismo es una característica del éxito, que nos apoya para perseverar y nunca rendirnos, que nos invita a encontrar lo positivo en todo evento, a abrir nuevas puertas y esperanzas.

¿Cómo?

Cambiando la perspectiva de las cosas, buscando nuevos ángulos y caras a los problemas, dando siempre gracias a Dios por las circunstancias que se nos presentan, y modificando nuestro pensamiento y conducta hacia los hechos. Siempre hay una salida muy cerca de nosotros, solo hay que abrir los ojos y observar con serenidad.

Colindando muy cerca del Optimismo, se encuentra la Recursividad, que no es otra cosa que la utilización de los Recursos para ponerlos a nuestro servicio.

En el Entorno, siempre están disponibles diversos materiales y herramientas, a la espera de que alguien les dé un uso.

Un tornillo, un papel, un material de desperdicio, una mano extendida o una ventana abierta.

Todo es útil y puede ser usado a nuestro favor.

De la misma forma, en nuestro interior contamos con diversas aptitudes y habilidades, una sensibilidad especial, un conocimiento adicional, un don musical, una capacidad intelectual o una competencia sobresaliente.

El Éxito en la vida es 85% de Actitud y 15% de Habilidad.
Estar Dispuesto, Colaborar, Sonreír, estar de Buen Ánimo, Relajarse, ser Afable.
Concientizar las Emociones y no Reprimirlas.

Todo cuenta y todo sirve para apoyar nuestro desempeño.

Lo único que requerimos es abrir nuestra caja de herramientas, para que nos den ideas y nos apoyen.

Los Seres Humanos somos Sociales por naturaleza, necesitamos de los demás para sobrevivir y evolucionar.

Acudamos al consejo amigo, a la experiencia vecina y a la heterogeneidad de las personas, para mejorar nuestra visión sobre las cosas e incrementar los esfuerzos.

Abajo la prepotencia y arrogancia, Arriba toda la ayuda y apoyo que siempre está disponible.

En un mundo cada vez más incierto, lo único claro es que hay que persistir y nunca desistir.

Así, se han escalado montañas, se han descubierto continentes, se han logrado los grandes descubrimientos. ¡Así se logran todas las cosas! Desde la más pequeña y simple, hasta la más grande y compleja.

No existe otro camino, hay que persistir y persistir, a veces con terquedad férrea y otras tantas modificando la forma, pero nunca sacrificando el objetivo, que permanece incólume.

En la forma hay que ser flexible y en el objetivo siempre firme

Debemos imitar el agua, que se adapta y coge la forma del medio ambiente existente, sin perder su esencia y características.

La Flexibilidad no es dimisión sino fortaleza, la capacidad de utilizar el ambiente y las circunstancias, muchas veces imprevistas, para apoyar la causa y el logro del objetivo final.

Por ello, salen frases como "No importa perder la batalla siempre que se gane la guerra"

He dejado para el final, tal vez la herramienta más importante para mejorar nuestro deseo y las ganas hacia las cosas

"Los Estados Emocionales"

En todo momento estamos sintiendo algún tipo de emoción y muchas veces se mezclan e interponen varias emociones de manera simultánea. Nadie nos garantiza que las emociones percibidas siempre sean positivas, pero si podemos asegurar que en nuestra mente reside la clave para convertirlas en positivas y benéficas.

Una agresión de un amigo, una separación o la pérdida de una persona cercana, con seguridad nos afectará negativamente nuestro estado de ánimo.

Pero si no luchamos contra estos sentimientos naturales y en vez de ello los utilizamos y fusionamos a nuestro favor, con seguridad va a florecer el "Querer hacer" con mayor fuerza y energía.

Para ello, requerimos virar nuestra óptica sobre las cosas, para no mirar al muerto sino a los vivos, no mirar la basura sino lo útil, mantener siempre el control de nuestra vida y no dejar que los demás nos manipulen como marionetas.

El "Qué Hacer" junto con el "Querer Hacer" es fundamental para mejorar nuestro Desempeño.

Son el punto de partida de toda acción y obra.

Luego y solo luego, podremos dedicarnos a perfeccionar el "Cómo hacerlo". Hacerlo antes sería un verdadero desperdicio y se convertiría en una lucha infructuosa.

“Los Sentimientos se intensifican si no se afrontan.
Nuestra Imaginación puede hacer 10 veces más intensas las cosas”

Grado de Conciencia de las Emociones

¿Puedes guardar tus Sentimientos para expresarlos después?
(4) Si (3) A Veces (2) Muy Poco (1) No

¿Sabes las Implicaciones de abrirte o cerrarte Emocionalmente?
(4) Si (3) Algo (2) Poco (1) No

¿Eres Flexible en el Manejo de las Situaciones de Cambio?
(4) Si (3) Algo (2) Poco (1) No

¿Tienes Iniciativa y reaccionas ante las oportunidades?
(4) Si (3) Algo (2) Poco (1) No

Y llegado hasta aquí, aparco el tema de hoy, donde continuaré la semana próxima, con el día 8 para introducirnos en el tema de subpersonalidades.

Espero como siempre, saber de ti con tus comentarios para ir mejorando cada día en la entrega de este DIARIO DE CRECIMIENTO ECOLÓGIO EMOCIONAL.

Hasta pronto,

Agustina

graphocoach@graphocoach.com


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